Encuentros con las nutrias de Asturias
Una nutria en el Río Piloña
Un suave chapoteo y una cola asomando en el agua del río. ¡Una nutria! Después de meses de búsqueda ésta era nuestra primera nutria asturiana y desde que la vimos por primera vez hace ya 3 años, se ha convertido en una obsesión.
Dos ríos se encuentran en la pequeña villa de Arriondas. Por un lado el Río Sella el más veloz y caudaloso nace en los Picos de Europa y se une con las tranquilas aguas del Río Piloña. Ambos ríos forman un perfecto hábitat para las nutrias, brindándoles una estupenda dieta con sus truchas y sus anguilas. Un macho puede viajar hasta 20kms, mientras que las hembras y los ejemplares más jóvenes tienden a permanecer en una zona del río.
Las nutrias son considerads extremadamente tímidas, principalmente son animales nocturnos, así pues ha sido un privilegio conocer sus costumbres y poder observarlas tan frecuentemente a la luz del día. Hemos disfrutado de diferentes vistas, desde un simple momento, apenas un segundo hasta 2 horas o más.
Parecen estar acostumbradas al ruido de las personas y también toleran ser fotografiadas de cerca con un teleobjetivo. Sin embargo, observarlas en una mañana oscura y de niebla es una difícil tarea, especialmente porque suelen nadar con el cuerpo bajo el agua, asomando solo un poco la cabeza y muy pegadas a las orillas del río. Y como hemos comprobado, muy a nuestro pesar, desaparecen si se asustan.
una nutria con un trozo de lamprea.
La mente de la nutria esta dominada por la caza. Su insaciable ansia de alimento nos permite disfrutar de buenas oportunidades para poder observarlas. Pueden estar tan concentradas en la caza que, afortunadamente para nosotros no son conscientes de la proximidad de las personas.
Nuestro encuentro más emocionante consistió en una nutria cazando una lamprea, ambas especies son difíciles de ver y mucho menos las dos juntas. Una lamprea es un pez parecido a una anguila, sin mandíbula, muy poco común y solamente capaz de sobrevivir en aguas muy limpias.
Tuvimos la fortuna de presenciar la lucha entre una nutria macho y una lamprea de 1,5 metro de longitud. A la nutria le llevó más de 15 minutos conseguir que la lamprea se rindiera. Una lamprea adulta es un gran banquete para las nutrias, que esconden trozos y los van comiendo en varios días.
huellas de la nutria
Como sucede con todos los animales salvajes, las señales que van dejando a menudo nos ofrecen pistas útiles. Durante los largos y frustrantes intervalos, en que no podemos verlas, al menos los restos de excrementos y huellas nos ofrecen algo de ánimo y además nos ayudan a aprender sobre sus costumbres, sus lugares favoritos y su dieta.
No solo nutrias también hay una variedad de animales que son una buena distracción en nuestro paseo diario. Los patos y las pollas de agua pueden algunas veces indicarnos si hay una nutria cerca; o bien se quedan quietos como estatuas o , por el contrario, huyen muertos de miedo. Aunque las nutrias comen patos, y ciertamente lo intentan, todavía no he visto una nutria cazar un pato con éxito.
Martines pescadores, lavanderas, mirlos acuáticos, garzas reales, garcetas comunes y pájaros carpinteros, entre otras especies, también abundan y por sí mismos hacen que merezca la pena el paseo.
Sin embargo, el ver a la nutria sigue siendo la mejor recompensa, siempre deseamos más y nos anima a mirar con más atención y probablemente con suerte encontramos alguna novedad.
Los ojos de la nutria
